Estos tratamientos se realizan antes de la construcción del edificio y suponen una barrera dispuesta en los cimientos que protegerá al edificio del impacto parasitario de las termitas.
La madera antes de ser colocada en obra requiere de un tratamiento preconstructivo, en función de la clase de riesgo que se quiera cubrir.
Consiste en el tratamiento de la cimentación para evitar la entrada de las termitas en la obra nueva. Se emplea la pulverización de termiticidas específicos para suelo antes de hormigonar, tanto en las zanjas de cimentación cómo en la propia superficie constructiva. Evidentemente el tratamiento debe ser homogéneo y no dejar ninguna zona por tratar, previendo posibles infestaciones futuras , cómo por ejemplo la entrada y salida de servicios como ductos de alcantarillado y agua que pueden romper la barrera y por tanto también hay que tratar.